miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Poder de Calificación

EL PODER DE CALIFICACIÓN
Criticar, censurar y enjuiciar

         Hay quienes tienen la mala costumbre de criticar toda situación, persona o condición, cuando no se ajusta a la medida de sus gustos o convicciones. La crítica destructiva, como hábito social, resulta una forma de conducta bastante común actualmente. Nadie piensa en los alcances que este sutil veneno que se va infiltrando para socavar las bases de individuos honestos, de instituciones que deberías ser respetadas.

            El poder de calificación se relaciones con la Ley de Mentalismo para fines evolutivos. Es el motor de la creatividad en el sentido de que modela la vida individual, la canaliza hacia lo que llaman “destino”. Las creencias son producto de la calificación, de pensar que algo es así o de otra manera para, luego, expresarlo con palabras. Al calificar, se da una orden y todo se pone en acción con el fin de crear realidades concretas en bien o en mal. Este tremendo poder va marcando los pasos en la vida con justicia, con sabiduría, da lo suyo a cada persona, lo que exactamente le corresponde por sus merecimientos.

            Si la calificación fuera siempre positiva, sería una maravilla, pues no surgirían situaciones desagradables ni situaciones difíciles por confrontar; pero sucede frecuentemente al revés a nivel de multitudes, lo cual ha envenenado el mundo en gran medida. Nunca mala calificación es buena por tener desastrosos resultados. La crítica malsana envenena.

            Calificar significa criticar, censurar, no estar de acuerdo, presentar un enfoque equivocado con intención de causar daño, de molestar, de perturbar a otras personas y dejarlas en mal lugar ante los demás individuos que están o no presentes.

            No hay verdad en ninguna calificación, porque todo enjuiciamiento desagradable procede del yo humano del razonador intelecto. El yo humano no tiene sabiduría alguna por consiguiente, suele hablar a la ligera sin dar importancia a lo que dice. Algunas calificaciones son producto del egoísmo personal, de intereses creados o proceden del orgullo dominante, de la vanagloria; otras provienen de criterios estrechos y limitados por falta de comprensión, de amor. Muchas facetas tiene la calificación en negativo y ninguna es recomendable en absoluto.

            Calificar significa decir: “Esto está mal, yo lo haría mejor, tal cosa no sirve” echar por tierra los buenos esfuerzos de otros con el consiguiente derrumbe de ilusiones y esperanzas. La crítica maligna es tan destructiva como una bomba de alta potencia que, al caer en medio de una situación, envuelve a las personas en confusión hasta que al final, la bomba explota y todo lo destruye. Nadie dice nada ni se protege de la explosión invisible hasta que ya es demasiado tarde. Entonces, la enemistad se manifiesta como consecuencia y se producen la discordia, el rencor para separar a quienes antes se amaban y estuvieron juntos compartiendo experiencias en la vida.

            Enjuiciar en negativo puede ser comparado al esfuerzo de un agricultor que riega un campo por capricho, sin fundamento alguno, porque ya el campo está bien cuidado. Ese mal hábito es también como el trabajo de un habilidoso sastre que viste a la gente con ropajes nuevos, inventados a la moda y según su manera peculiar; pero sin consultar a los clientes.

            No conviene calificar ni enjuiciar en negativo, porque esto no ayuda a nadie ni soluciona ninguna situación. Sucede al contrario: Refuerza la condición, la pone más grande. Además, abruma a la persona que se está criticando, la baja de vibración, la pone triste, la deprime, no le da oportunidad para poder levantarse, de manera que muy poco podría rectificar al comprender su error.
            Es mejor ser comprensivos, pacientes ante los errores ajenos porque el Amor viene siendo el gran bálsamo que todo lo suaviza y lo resuelve. Ponerse en el lugar de los que se han equivocado y proceden mal, puede ayudar mucho. Cuando alguien piensa: Si yo estuviera ahí y actuara de esa manera, ¿cómo me gustaría que me tratarán? Ese enfoque mental puede desmoronar la calificación más rigurosa y despiadada porque a nadie le gusta ser humillado, verse mal parado ni que lo menosprecien.

            Tener comprensión no significa caer en debilidades por ser bonachón, demasiado condescendiente. Todo en su justo límite debe estar. Se precisan la firmeza, la seguridad para poder decir por el amor: “¡Levántate, que yo te ayudo a rectificar!”. No algo así: “¡Húndete más, porque eres malo y no mereces nada!”. Como lo que das te dan, si ofendes, hieres y menosprecias, tú serás herido, ofendido y menospreciado por Ley de Retribución (Causa y Efecto). Eso no convine a nadie.

            Con frecuencia, oímos calificaciones así: Tal señor es un sinvergüenza, el otro un desgraciado miserable que no merece perdón, ¡Ese bandido sin corazón! ¡Ese muerto de hambre que no tiene ni camisa que ponerse! Quienes así hablan, tan a la ligera, no piensan en el poder de la palabra. Con un proceder tan intrascendente, van sembrando bombas, por todas partes y la explosión luego se les devuelve aumentada. ¿Quién quiere tener en sus manos una bomba de alta potencia? ¡Una bomba invisible con mecha encendida y todo! Cuando explota de improviso, regala sufrimiento, sobresalto, destrucción. Mente que genera, mente que recibe lo suyo. Es la ley del imán que atrae sin saber ni apenas darse cuenta, todo lo que se le parece, por afinidad. Por donde el imán va pasando, recoge cosas, las incorpora a la sustancia de sus puntas. Así también, la crítica perjudicial atrae desdichas para uno mismo.

            No hay que calificar, pues esto resulta muy dañino. Todos tienen su luz interna que los guía. Si se disciplinan para avanzar espiritualmente, podrán distinguir la verdad del error. No se debe poner resistencia a la voz interior cuando avisa. Para poder oír se precisa ser humildes de corazón. El humilde crece ante los ojos que ven y casi nunca censura. Quien se cree grande y poderoso enjuicia demasiado porque sólo mira con los ojos de la superficial apariencia.

            Tal camino evolutivo es diferente en cada persona. Cada individuo tiene sus medios, su ambiente y condiciones de vida, sus motivaciones por esto, muchos actos ajenos pueden no ser comprendidos porque no encajan en los patrones de otras personas, gustos e ideas. Nunca la hoja de un árbol es igual a otra hoja cualquiera, por más árboles que haya en el mundo. Examinadas cuidadosamente, todas las hojas son diferentes. Igualmente, ningún ser humano es como otro sin sus deseos, sus planes de vida, sus motivos. Al enjuiciar según el propio patrón de conducta, se comete un grave error y pueden causar daño.

            La generalidad de la gente acostumbra a convivir con sus defectos o apariencias, se autodisculpa siempre cuando alguien lo advierte. Algunas personas son demasiado condescendientes con sus errores; aunque muy acusadoras con respecto a los fallas de carácter y aspectos negativos de los demás. Hay una marcada tendencia a resaltar cualquier detalle no correcto, pequeño error o deficiencia por insignificante que parezca, agrandarlo con comentarios añadidos para lanzarlos sin control en el ambiente. Esto asombra causa impacto. Cada vez va siendo más deformado por el común decir, hasta que ya nada se parece a lo que pasó. La costumbre de calificar lo que sea, de enjuiciar y censurar va lanzando, a la atmósfera, multitud de egrégores que quedan allí flotando, perturban a los ciudadanos en su común vivir, a pesada efluvia se cuela y todo lo distorsiona.
           
            Cualquier condición en la que se pone el poder de la atención aumenta por acumulación de energía. No conviene fijarse en lo malo para no hacerlo crecer y atraerlo hacia uno mismo. Lo que tú criticas entra en tu mundo y lo envenena. Por esto, no es de extrañar que quien se la pasa comentando la infidelidad de los esposos ajenos vea, de pronto, que eso mismo le está pasando a ella en su propio hogar. Es un ejemplo para ilustrar el tema.

            Desarrollemos la interna comprensión, la tolerancia, demandemos siempre la verdad para que la perfección se manifieste dentro de amplios límites, sin ningún enjuiciamiento negativo para nadie ni en nada. Este es el camino del equilibrio con la serenidad de los justos que no se inclinan extremadamente hacia la derecha ni hacia la izquierda, por lo tanto, si ahorran tiempo y esfuerzos, llegarán a su meta más rápido, con menos dificultades por confrontar en la vida.

            Algo importante queda por aclarar y es lo siguiente: No calificar consiste en no caer en enjuiciamientos negativos, no hablar ni pensar mal de otros, pero esto no quiere decir que se anulen al razonamiento, la facultad de analizar ante cualquier condición adversa por miedo a calificar. Para algo, está la razón. La capacidad de pensar hay que utilizarla. Ante cualquier problema que se presente o situación confusa, lo mejor es decir: Le quito poder a esto y voy a analizarlo para saber la verdad. Amada Presencia: Dame la suficiente comprensión para que yo pueda entender. Invoco la Verdad, el Poder de mi Presencia aquí. De este modo, evitaremos desviarnos del camino correcto, caer en graves errores que podríamos lamentar después.
           
            En estos tiempos de falsos profetas, cuando tantos líderes espirituales aparecen con intentos de llevar ovejas a su rebaño, hay que estar alerta, bien claros y seguros de manera que, por no calificar, no vayan a caer en redes ajenas que los desvíen. Cualquier falso profeta o líder de esos tiene gran fuerza magnética y sabe envolver a los inocentes. Por ser puras e inocentes ovejas, no deben salir perdiendo al sumarse al rebaño ajeno que no es el de su propia evolución ni lo que les corresponde según su plan de vida. Ese error, que llega por curiosear, hace perder mucho tiempo porque luego se precisa, de nuevo, reencontrarse a sí mismos y el camino correcto se les puede cerrar.
           
            Calificar y decir la verdad son cosas antagónicas. Hay quienes califican, censuran despiadadamente pero creen estar en lo cierto; sin embargo, todo se conoce por sus frutos, que son los resultados de los hechos. Cuando la calificación golpea y causa daño, hay una gran evidencia de falta de amor y verdad. Siempre, quienes califican se creen superiores.

            La carga energética de enjuiciamiento en negativo produce depresión, desilusión, falta de ánimo para responder y levantarse de nuevo. Si, en lugar de tenderle una mano con amor y comprensión, siguen criticando a esa persona, sucede que la hunden inevitablemente. Así pasa con los nadadores en el mar: Cuando alguien quiere salvar a un medio ahogado, no lo agobie con su propio peso, sino que aligere la pesadez de quien está en peligro para que pueda ser rescatado. Sucede también que quien se ahoga se aferra a su salvador y lo hunde.

            Hay que erradicar la mala costumbre de calificar, enjuiciar y criticar, pues es muy dañina: Hunde al criticado y no les deja resurgir, crea karma en los enjuiciadores criticones, lo cual llenará de dificultades sus vidas, envenenará el ambiente, nunca producirá buenos frutos a nadie.


            La crítica que llaman “inocente” suele ser superficial maledicencia; por lo tanto, genera karma. La murmuración y malsano enjuiciamiento cosechan más graves consecuencias por la mala intención, porque ningún mal lanzado contra otras personas proporciona buenos resultados. A nadie que no purifique ni controle su palabra (Poder del Verbo) le irá bien en la vida.

Agrupaciones y Movimientos Espirituales


Agrupaciones y Movimientos Espirituales


            Las ideas negativas proyectadas por la Otra Polaridad, son diferentes y variados. A través de reuniones, que vienen siendo como especie de congresos, ellos planifican campañas de expansión, como atacar y ser muy efectivos. Escogen como preferencia a agrupaciones y movimientos espirituales correctos en los cuales interfieren para crear separatismo, confusión, dividir y acabar con todo eso. Por medio de sugestiones negativas e ideas extrañas, siembran descontento, malestar, enfrentan a unos contra otros con dudas y temores.

            Para ello, estudian las debilidades personales, los desaciertos cometidos con buena fe, los agrandan y agravan. A unos los desvalorizan y a otros los ensalzan. “No das la talla, no sirves, no te valoran ni te prestan atención, estás perdiendo el tiempo”. Resaltando las fallas de sus compañeros, el disgusto y desánimo que hay, aprovechan al máximo del malestar reinante y refuerzan telepáticamente todo lo negativo exagerándolo grandemente, con el fin de crear una explosión energética que acabe con todos los esfuerzos realizados. También, infiltran recelos, malos entendidos; pero, principalmente, atacan al dirigente principal por medio de la solapada difamación y la calumnia para desprestigiarlo y dejarlo solo.

            De esta manera, los magos negros invisible atacaron a Madame Petrova Blavatsky, cuando fundó la Teosofía en la ciudad de Nueva York, dividieron a la Sociedad Teosófica, enfrentaron  a unos contra otros, lanzaron agresiones contra la fundadora y la calumniaron. Los que estaban más cerca y menos de podía pensar fueron los instrumentos: Annie Besant y el Coronel Olcott, en quien Madame Blavatsky confiaba.

            Para separar, dentro de esas agrupaciones, a unos de otros, utilizan la Ley de Polaridad en negativo. Por ejemplo cuando alguien manifiesta una baja estima, le proyectan orgullo espiritual, vanagloria; si tiene fuerte voluntad, hacen brotar la terquedad proveniente de la parte humana. La sensualidad la llevan hacia el extremo de la sexualidad exagerada y la amistad la convierten en amiguismo. De esta manera, van sacando a valiosos servidores que, resentidos, heridos y confundidos, se alejan e incluso arremeten contra los dirigentes.

            Quienes formen parte de movimientos espirituales correctos y grupos en los que vean manifestarse esas situaciones, estén alerta, defiendan la verdad y no permitan que los separen ni los alejen porque, si están allí, es porque les corresponde por sus méritos y por derecho de conciencia. El mayor logro que se puede alcanzar viviendo en Tercera Dimensión (Planeta Tierra), es servir a la Luz, lo cual hace avanzar muchísimo en la evolución. No permitan que la Otra Polaridad les arrebate su tesoro.


Amada Reina de la Luz

viernes, 3 de enero de 2014

Primera Civilización del Planeta "SOL NACIENTE".



SOL NACIENTE:

        La primera civilización existente en este mundo se llamó Sol Naciente, Estuvo situada en el país de Venezuela, en la Gran Sabana del estado Bolívar, hace ya aproximadamente 70.000 años, en el territorio de los Tepuyes. Tuvo una duración de 10.000 años, después de los cuales siguió la civilización menor llamada Imperio de la Luz, en la China actual, que sirvió de puente hacia la antigua Lemuria.

        Esa primera humanidad era perfecta en su origen, pura y de gran belleza física, pues nada comienza en la imperfección como la historia cuenta; por lo tanto los hombres de las cavernas no existieron; pero muy posteriormente y procedente de Lemuria, de Atlántida, si fueron encontrados unos huesos y restos con significados  diferente. Los hombres de las cavernas no eran los que dieron origen a esta humanidad ni tampoco hay verdad alguna en el relato del Paraíso Terrenal, Adán y Eva, en la forma como lo cuentan, ya que se trata de algo mal entendido, utilizando el nivel religioso.

        La primera raza humana era de 70.000 personas que venían del Reino Animal en sus especies más adelantadas. Por ello, se le dio el regalo de ser físicamente bellas, perfectas, pues ningún origen deriva de la imperfección, Tenían alta estatura, forma humana, eran blancos, rubios, de ojos claros y cabellos de distintos colores. Ser seres perfectos no significa saberlo todo. Debían aprender y a esforzarse para ello. Se alimentaban bien y tenían buena conducta, vivían agrupados en familias, nacían hijos pero no por medio del sexo por carecer de órganos genitales, que no los necesitaban. Fue después que se degeneró esa civilización cuando el sexo se impuso, debido a experimentos científicos realizados.

        La ciudad tenía forma de estrella de cinco puntas, en cuyos vértices estaban cinco tepuyes aplanados arriba. Dos de ellos servían como aeropuertos; otros dos eran centros de Sabiduría para impartir conocimientos básicos y avanzados. El Tepui del Santo Ángel, completa la estrella, como representación simbólica de la Sabiduría Divina, que siempre fluye y nunca se acaba.

        Quienes querían aprender se trasladaban a los tepuyes  del conocimiento por medio de aviones, que despegaban de los tepuyes menores en forma horizontal. La altura de estos tepuyes era de 700 a 3.000 metros. Había también caminos  o rampas para subir, si así lo deseaban. La ciudad se extendía abajo en forma plana, delante de la majestuosa catarata llamada, ahora, Salto Ángel, que es la más alta del mundo (un kilómetro de bajada de las aguas) con su multicolor arcoíris  que refleja los siete rayos.

        El Centro Mundial del Gobierno, era un  edificio cilíndrico de varios pisos con resplandeciente cúpula doradas, hecha de oro puro. El Regente mundial venía siendo la mayor autoridad ene ese gobierno,  que equivalía a ser presidente para todos. Luego de su descenso, la bella catarata formaba un caudaloso río que recorría la ciudad de uno a otro extremo. Se concentró allí un poderoso centro energético de tremenda radiación que ha perdurado hasta la actualidad; de ahí el atractivo que ejerce tan hermoso y milenario territorio. Por entonces, no estaba encarnado el Mesías, que vino a la Tierra en la época de Lemuria con el nombre de Juno.

Amado Maestro LANTO/ AE/pch

viernes, 11 de noviembre de 2011

Ser honesto consigo mismo

      Ser honesto consigo mismo y con los demás, es aceptar que ha pesar de las fallas que se cometieron o se van a cometer, existe la disposición de cambiar para mejorar la conducta y el buen proceder que siempre debe estar con nosotros y en toda la sociedad

     Actuar correctamente siempre y tener la conciencia tranquila por algo que se ha hecho, son dos principios que deberían regir nuestra vida hasta el final de nuestros días. Es así como una familia debe propender porque sus labores siempre sean honestas y exigir así mismo a sus integrantes, para que sus obligaciones sean hechas con total rectitud y mucho esmero.

    Esta introducción nos sirve para desarrollar un tema de mucha importancia pero que desafortunadamente muchas familias no le prestan atención: los valores y principios. Hemos visto que en la mayoría de nuestra sociedad, la corrupción y la falta de moral se campean con total desfachatez, llegando incluso a condenar a un país a vivir un verdadero infierno.

     Por esta razón, la honestidad debe empezar por nosotros mismos y estar en todos los estamentos con los que tratamos a diario. En nuestro caso, las familias deben luchar porque exista siempre un clima armónico de rectitud y confianza en lo que se hace y que esto se vea reflejado en las actitudes y actividades que realicen sus familiares, para el bien propio y el de todas los sitios en donde algún miembro de esa familia encuentre.

     Si una familia unida lucha porque se desarrollen siempre actividades correctas, lo más probable es que todos y cada uno de sus miembros se sientan comprometidos con ella y tengan un alto grado de lealtad que se verá reflejado en mejores y mayores acciones y por consiguiente, en la consecución de todas las metas propuestas.

      Además, si los principios de una parte concuerdan con los de la otra, se originará un clima de autonomía al sentirse que no se están implantando reglas absurdas y se está haciendo lo que se considera es correcto. Con esto se construye un ambiente de convivencia apto para continuar desarrollando de la mejor manera todas las actividades necesarias para el buen funcionamiento y crecimiento de la familia.

      Al existir total comunión entre las normas personales y las de la familia, se vigilará que estas no sean rotas y serán de fácil adaptación, ya que los principios de rectitud y buen trato son los mismos tanto para el miembro de la familia como para los vecinos y amistades, y se buscará no quebrar las reglas ya que se estarían violando las mismas del propio infractor.

      Familias y miembros todos  de una familia. Los dos deben comprometerse a siempre dar lo mejor de ellos mismos y tratar de cometer la menor cantidad de errores.

Por tal razón, si se quiere estricto cumplimiento de la disciplina, el ejemplo debe comenzar por los mayores quienes deben respetar siempre las normas. Y no sólo de labios para afuera, sino identificándose con las decisiones adoptadas y no aceptarlas porque sí, sino con pleno convencimiento de que lo hecho corresponde al propio comportamiento.

      Ser honesto consigo mismos es aceptar los errores que se hayan cometido y cambiar las actitudes que no nos permitieron actuar bien. Es ser responsables siempre ante los actos que se hayan hecho y obrar siempre bajo los parámetros y normas aceptadas con anterioridad, recordando que el quebrantamiento de una regla traerá consecuencias negativas para toda la familia.

      Tanto la familia como cualquier miembro de esta, deben cuidar que exista respeto mutuo y claro está, honestidad mutua. No deben existir engaños entre ambas partes y las dos deben velar porque la concordia y el buen ambiente siempre reinen dentro del hogar y fuera de este. Que la familia sienta que necesita de todos  sus miembros y éste aumente su sentido de pertenencia hacia ella.

Conocer al miembro e identificar las posibles fallas que éste pueda presentar, son funciones que deben cumplir a cabalidad los padres o mayores. Exigir sin conocer las condiciones y capacidades o sin conocer muy bien a todos y cada uno de sus miembros por igual, es un error que no debe ser cometido en una familia. Ser "amigos" de los hijos es ganar su confianza, saber qué piensan y cómo sus padres puede ayudarles y éstos a ellos.

Consejo

      Manejar y tratarse correctamente todos los miembros de una familia,  es necesario para obtener de todos y cada uno de ellos, entrega y compromiso. Actuar siempre con rectitud y bajo normas tanto ética como moralmente aceptadas, son pasos que debemos acatar siempre y buscar que en la familia donde habitemos también se sigan al pie de la letra para buen desenvolvimiento mejor de las conductas.

martes, 11 de enero de 2011

Biografía de La Madre Cecilia Cros Gurnés.

La madre Cecilia Cros Gurnés, nació el 16 de febrero de 1902 en San Lorenzo de la Muga, un pueblo Catalán enclavado en las faldas del pirineo (Noreste de España).
Asistía al Colegio que las hermanas de Nazaret tenían en San Lorenzo siempre atenta a cualquier enseñanza que recibía de sus maestros observándolos y tratando de imitarlas.  En 1.909 cuando San Pio X concedió permiso a los niños para acercarse a comulgar, experimentó su primer contacto con Jesús y esa misma tarde se acercó sin timidez a la Madre Superiora y le expresó su deseo de ser religiosa a lo que la superiora le respondió de que no hablara más del asunto hasta que fuera mayor.
Así la pequeña siguió siendo la misma de siempre y guardaba su secreto hasta que el 17 de enero de 1.927 entró a la Congregación de Nazaret haciéndose novicia y desarrolló sus cualidades naturales que le iba a exigir  su nueva vida religiosa. El 18 de julio de 1.927 recibe el hábito y su congregación oficial y definitiva a Jesucristo fuel el 5 de septiembre de 1.933.
Trabajo incasablemente en la educación de las niñas, nunca dejaba perder oportunidades para dar palabras alentadoras, era dura en sus exigencias pero nunca dejaba ir a una niña a su casa si no tenía acercamiento a ella. Ella creaba un ambiente de confianza, alegría y colaboración que se basaba en el amor.  Luego de haberse convertido en superiora General, se dedicó por completó a la educación de las niñas.
El 17 de agosto de 1.955 fue reelegida Superiora General reemprendiendo su expansión misionera iniciada en 1.952. En 6 años fundó 26 casas, de ellas 16 en Venezuela: 13 colegios, 2 residencias  universitarias y un noviciado sin haber tocado un céntimo de los presupuestos del Estado.  En pocos años trajo 89 religiosas de España  que impulsaron con cariño dichas obras. La mentalidad futurista de la Madre Cecilia Cross y fe en las personas que la rodeaban  hizo que toda su labor fuera posible.
La Madre Cecilia Cross murió el 9 de marzo de 1.959 en un lamentable accidente, donde un camión con luces muy potentes, deslumbró al chofer del auto donde ella viajaba con 2 religiosas , donde causó que se estrellarán   en el Puente de Sabana de Tarana  donde el carro se estrelló al vació. la Madre se salió del auto y calló en la arena donde dos hombre pasaron en un camión y se percataron del accidente y la vieron donde en pocos minutos ella falleció. Ella muere en  pleno acto apostólico cuando llevaba consigo una pesada piedra del altar que se encuentra actualmente en el Colegio San Francisco Javier.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Santa Rita de Casia


Santa Rita nació en 1381 junto a Casia, su segunda patria, en la hermosa Umbría, tierra de Santos: Benito, Escolástica, Francisco, Clara, Angela, Gabriel... Santa Rita pertenece a esa insigne pléyade de mujeres que pasaron por todos los estados: casadas, viudas y religiosas. Por otra parte, pocos santos han gozado de tanta devoción como Santa Rita, Abogada de los imposibles. Su pasión favorita era meditar la Pasión de Jesús.

Los antiguos biógrafos esmaltan su infancia de prodigios sin cuento. Lo cierto es que fue una niña precoz, inclinada a las cosas de Dios, que sabía leer en las criaturas los mensajes del Creador. Su alma era una cuerda tensa que se deshacía en armonías dedicadas exclusivamente a Jesús.

Sentía desde niña una fuerte inclinación a la vida religiosa. Pero la Providencia divina dispuso que pasara por todos los estados, para santificarlos y extender la luz de su ejemplo y el aroma de su virtud. Fue un modelo extraordinario de esposa, de madre, de viuda y de monja.

Por conveniencias familiares se casa con Pablo Fernando, de su aldea natal. Fue un verdadero martirio, pues Pablo era caprichoso y violento. Rita acepta su papel: callar, sufrir, rezar. Su bondad y paciencia logra la conversión de su esposo. Nacen dos gemelos que les llenan de alegría. A la paz sigue la tragedia. Su esposo cae asesinado, como secuela de su antigua vida. Rita perdona y eso mismo inculca a sus hijos. Y sucede ahora una escena incomprensible desde un punto de vista natural. Al ver que no puede conseguir que abandonen la idea de venganza, pide al Señor se los lleve, por evitar un nuevo crimen, y el Señor atiende su súplica.

Vienen ahora años difíciles. Su soledad, sus lágrimas, sus oraciones. Intenta ahora cumplir el deseo de su infancia; ser religiosa. Tres veces desea entrar en las Agustinas de Casia, y las tres veces es rechazada.

Por fin, con un prodigio que parece arrancado de las Florecillas, se le aparecen San Juan Bautista, San Agustin, San Nicolás de Tolentino y en volandas es introducida en el monasterio. Es admitida, hace la profesión ese mismo año de 1417, y allí pasa 40 años, sólo para Dios.

Recorrió con ahínco el camino de la perfección, las tres vías de la vida espiritual, purgativa, iluminativa y unitiva. Ascetismo exigente, humildad, pobreza, caridad, ayunos, cilicio, vigilias. Las religiosas refieren una hermosa Florecilla. La Priora le manda regar un sarmiento seco. Rita cumple la orden rigurosamente durante varios meses y el sarmiento reverdece. Y cuentan los testigos que aún vive la parra milagrosa.

Jesús no ahorra a las almas escogidas la prueba del amor por el dolor. Rita, como Francisco de Asís, se ve sellada con uno de los estigmas de la Pasión: una espina muy dolorosa en la frente. Hay solicitaciones del demonio y de la carne, que ella calmaba aplicando una candela encendida en la mano o en el pie. Pruebas purificadoras, miradas desconfiadas, sonrisas burlonas. Rita mira al Crucifijo y en aquella escuela aprende su lección.

La hora de su muerte nos la relatan también llena de deliciosos prodigios. En el jardín del convento nacen una rosa y dos higos en pleno invierno para satisfacer sus antojos de enferma. Al morir, la celda se ilumina y las campanas tañen solas a gloria. Su cuerpo sigue incorrupto.

Cuando Rita murió, la llaga de su frente resplandecía en su rostro como una estrella en un rosal. Era el año 1457. Así premiaba Jesús con dulces consuelos el calvario de su apasionada amante. Leon XIII la canonizó el 1900.

Oración a Santa Rita de Casia:

Oh Dios, Quien en tu infinita ternura has sido bondadoso para escuchar la plegaria de Tu sierva, Santa Rita, y otorgas a su súplica lo que es imposible a la vista, conocimiento y esfuerzos, en recompensa de su compasionado amor y firme confianza en Tu promesa, ten piedad en nuestra adversidad y socorrenos en nuestras calamidades, que el no creyente pueda saber que Tu eres la recompensa del humilde, la defensa de los sin esperanza, y la fuerza de aquellos que confian en Ti, a traves de Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

José Francisco Yaguarín

José Francisco Yaguarín 

(21-12-1811) Urica, municipio Pedro María Freítes del estado Anzoátegui.

ORACIÓN: 

En el nombre de nuestro Padre Celestial, te invocamos José Francisco Yaguarín, para que ilumines y nos guíes en nuestros pensamientos y acciones, eres la Luz y el Guía que ilumina nuesro camino hermano divino mi protector celestial, por ello te vengo a implorar, lo que en esta hora te vengo a pedir por ser tú mi resguardo y mentor, José Francisco Yaguarín, te tengo en mi corazón y con gran devoción concédeme el favor que hoy te vengo a pedir, 
Amén.